Las personas y las organizaciones debemos escuchar muy bien antes de comunicarnos. Entender se vuelve vital antes de reaccionar o anticiparnos a la información.
Si bien en el mundo personal, técnicas como la escucha activa enriquecen la capacidad de comprender al interlocutor, sus necesidades e intensiones; en un mundo con tanta (des) información, ¿cómo podemos escuchar activamente y de forma efectiva?.
La pregunta se vuelve más compleja si tomamos el papel de una organización, una empresa, una ONG o una figura pública. ¿Cómo logramos de manera efectiva escuchar lo que mis DIVERSOS y MÚLTIPLES públicos de interés dicen sobre mí, sobre mis marcas, productos, intereses en DIFERENTES CANALES?.